Quiere adquirir un nuevo disco SSD para mejorar la velocidad de su sistema. Pero, ¿cómo elegir la opción adecuada? Un elemento que juega un papel importante en su decisión es el tipo de conexión, o conexiones, de almacenamiento del sistema, así como su factor de forma: el tamaño y la forma del disco SSD. Además, el disco SSD que elija dispondrá de una interfaz de almacenamiento SATA o NVMe (que utiliza PCIe).
En el transcurso de los años, SATA ha sido el prevaleciente. No obstante, NVMe fue diseñado específicamente para utilizar con SSD, en lugar de SATA, que originalmente se diseñó para discos duros (HDD) y se adaptó para usar con NVMe. Los discos SSD NVMe admiten diversos factores de forma, lo cual los hace versátiles para numerosas plataformas de almacenamiento, desde servidores hasta matrices Flash. NVMe va ganando rápidamente terreno para convertirse en la interfaz norma del sector para todo, desde las más recientes consolas de juegos, ordenadores portátiles y de sobremesa para usuarios finales, hasta servidores de los centros de datos más avanzados.