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Cuando hablamos acerca de M.2 en el campo de la tecnología de almacenamiento, normalmente nos referimos a un SSD aludiendo a su formato, o factor de forma. M.2 es un factor de forma SSD que se asemeja a una barra de chicle. De tamaño pequeño y delgadas, son ideales para ordenadores ligeros y portátiles, notebooks, NUC y ultrabooks. Ocupan menos espacio que los discos duros o SSD de 2,5 pulgadas, y pueden alcanzar una capacidad de hasta 2 TB.
Ahora que hemos explicado qué es M.2, abordaremos la cuestión “¿es M.2 más rápido que un SSD?”
La respuesta es no. M.2 es un factor de forma de SSD, por lo cual la pregunta no tiene sentido. Con todo, la confusión subyacente de esta pregunta es comprensible, ya que los SSD M.2 son relativamente nuevos si los comparamos con los demás factores de forma de los discos SSD clientes. Existen dos tipos de SSD M.2: basados en SATA y basados en NVMe. Su tecnología de almacenamiento es diferente y, en función de sus necesidades y presupuesto, cada una tiene sus pros y sus contras.
Sugerencia útil:
Recuerde que los SSD M.2 son compatibles solamente con placas bases que admiten ranuras M.2. Compruebe la placa base de su ordenador para asegurarse de que disponga una ranura M.2.
SSD SATA M.2
Empecemos por decir que el 22 de diciembre entregamos el último de nuestros discos SSD SATA M.2, el A400 M.2. Ya no fabricaremos más discos SSD M.2 basados en SATA: desde diciembre, todos nuestros nuevos SSD M.2 SSD son NVMe. No obstante, los SSD M.2 SATA emplean la interfaz SATA con una velocidad máxima de transferencia de datos de 6 Gbps. Esta cifra podría considerarse lenta en comparación con las nuevas interfaces (véase más adelante). Los SSD basados en SATA son los SSD de menor categoría en cuanto a rendimiento, y utilizan la misma interfaz que los discos duros. Con todo, los SSD basados en SATA tienen entre tres y cuatro veces el ancho de banda en comparación con los discos duros giratorios. Los SSD SATA eran más habituales y asequibles que los SSD NVMe. Los SSD M.2 SATA eran una excelente alternativa a los discos SSD de 2,5 pulgadas si uno no tenía espacio para un SSD de 2,5 pulgadas en su ordenador. Los discos SSD M.2 que tengan una clave M y una clave B, como en la imagen, serán SSD SATA.
SATA había sido la interfaz de conexión principal empleada como tecnología de almacenamiento desde hace mucho tiempo. Utilizando cables SATA, las unidades SATA necesitan dos cables para funcionar. Uno se utilizaba para transferir datos a la placa base, y el otro para obtener más potencia para la PSU (unidad de fuente de alimentación). El amasijo de cables era uno de los problemas que afectaban el rendimiento de los PC cuando se utilizaban múltiples unidades de almacenamiento SATA. Los delgados ordenadores portátiles (incluyendo los ultrabooks) ni siquiera tienen espacio para los cables SATA, motivo por el cual utilizan el factor de forma M.2. Los SSD SATA con factor de forma M.2 resolvieron este problema, por cuanto no tenían las conexiones de dos cables que se empleaban antes en las unidades de almacenamiento basadas en SATA.
Con todo, solo por el hecho de ser un SSD M.2, ello no cambia el hecho de ser un SSD SATA. Las principales diferencias entre los SSD M.2 SATA y NVMe son la tecnología de interfaz y los niveles de rendimiento. Los SSD M.2 SATA siguen utilizando la tecnología de interfaz basada en SATA, lo cual no mejora la velocidad ni el rendimiento, salvo que sea un disco SSD M.2 NVMe.
SSD M.2 NVMe
Un SSD M.2 que tenga solamente la clave M, como en la imagen, será un SSD NVMe. Los SSD M.2 NVMe utilizan el protocolo NVMe, diseñado específicamente para los discos SSD. Combinado con el bus PCIe, un disco SSD NVMe se caracteriza por los más elevados niveles de rendimiento y velocidad que pueden conseguirse. Los SSD NVMe se comunican directamente con la CPU del sistema utilizando los conectores PCIe. Esencialmente, permiten que la memoria Flash opere directamente como un disco SSD a través de los conectores PCIe, en lugar de tener que utilizar el controlador de comunicaciones SATA, que es mucho más lento que NVMe.
Los SSD M.2 NVMe están mucho más orientados hacia el rendimiento, en comparación con los SSD M.2 SATA. Al aprovechar el bus PCIe, los SSD M.2 NVMe tienen velocidades de transferencia teóricas de hasta 20 Gbps, lo cual es bastante más rápido que los SSD M.2 SATA, que llegan hasta 6 Gbps. Los buses PCIe admiten 1, 4, 8 y 16 carriles. PCIe 3.0 tiene una velocidad de transferencia efectiva de hasta 985 MB/s por carril, lo cual implica una potencial velocidad de transferencia de hasta 16 GB/s. No obstante, cuando se utiliza el factor de forma M.2 con el bus PCIe hay solamente 2 y 4 carriles disponibles, lo cual se traduce en una velocidad máxima de transferencia de 4 GB/s.
¿es NVMe más rápido que SATA? Técnicamente, sí. Las placas base modernas utilizan SATA III, con lo cual alcanzan un rendimiento máximo de 600 MB/s, en tanto que las unidades NVMe llegan a velocidades de hasta 3.500 MB/s. El nivel de rendimiento es mucho mejor que los SSD SATA, independientemente del factor de forma. Solamente los SSD que utilizan la tecnología NVMe superan los límites de velocidad de transferencia que restringen el rendimiento de los SSD basados en SATA.
A la hora de decidir entre los SSD M.2 SATA o NVMe, a continuación algunas cuestiones a considerar:
Compatibilidad del sistema - Es posible que los dispositivos más antiguos no sean compatibles con NVMe, ya que no cuentan con las conexiones como para utilizar los conectores PCIe de NVMe.
Arranque rápido – El método más fácil para que el sistema informático arranque más rápido es instalar el SO (sistema operativo) en un SSD. Con un SSD NVMe experimentará una impresionante mejora de la velocidad.
Priorización del almacenamiento – Podrá utilizar un SSD NVMe en combinación con otros SSD SATA. Se trata de una opción asequible sin necesidad de romper la hucha. Podrá instalar el sistema operativo y los programas y aplicaciones que consuman muchos recurso en el SSD NVMe, y utilizar el SSD SATA para guardar todo lo demás, como archivos, documentos, etc. más pequeños que consuman menos recursos.
Ventajas para juegos – Con un SSD M.2 NVMe observará una drástica mejora de los tiempos de carga de los juegos. Los juegos instalados en unidades NVMe se caracterizan por un rendimiento general mucho mejor de las velocidades de transferencia a la hora de recuperar los juegos del almacenamiento.
Generaciones de PCIe – Existen generaciones de los bus PCIe que tienen diferentes niveles de rendimiento. El ancho de banda se duplica de una generación a otra, y existen SSD que utilizan diferentes generaciones de PCIe. La más reciente es PCIe 4.0, en tanto que PCIe 5.0 todavía se encuentra en la fase de desarrollo.
Conexiones compartidas – Algunas placas base no cuentan con suficientes conexiones PCIe como para admitir múltiples unidades NVMe. Es posible que tenga que decidir si utilizar la conexión disponible con una tarjeta gráfica o un SSD NVMe. Otras veces puede que haya disponibles más carriles PCIe, aunque solamente determinados tipos de conexiones podrán utilizar dispositivos NVMe a máxima velocidad, como una conexión M.2.
Sugerencia útil: Recuerde que M.2 es solamente un factor de forma, que no conlleva que los SSD sean más rápidos. El nivel de rendimiento de los SSD dependerá de si el controlador de comunicaciones está basado en SATA o en NVMe. Compruebe en los requisitos de la placa base para saber qué SSD son compatibles con el ordenador.
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