Es un hecho: se obtiene aquello por lo que ha pagado. Lo mismo vale a la hora de comprar discos SSD. No obstante, elegir los adecuados no es tan sencillo como confiar en una ficha de especificaciones para saber realmente cómo funcionarán las cosas en el bastidor. Obviamente, puede conseguir un montón de unidades baratas comprándolas en Amazon y alegrando la vida a algunos desde un punto de vista presupuestario. Pero cuando esas unidades caigan víctimas de un uso intensivo 24/7, ¿estarán contentos cuando tenga que reemplazarlas todas?
La elección de los discos SSD de grado empresarial correctos implica realizar pruebas reales para ver cómo se comportarán una vez puestos en producción. Las pruebas y comparaciones empujan a las unidades hasta los límites de los fallos, verifican la durabilidad y posibilitan observar si el rendimiento cambia en el transcurso del tiempo.
Este artículo, que publicamos en dos partes, expondrá los retos y aportará sugerencias para la preparación y ejecución de eficaces baterías de pruebas para los discos SSD empresariales. En primer lugar, desde la perspectiva del hardware y en lo concerniente a la elaboración del banco de pruebas. Posteriormente, explicará cómo comparar los parámetros de referencia.