A medida que los centros de datos se vuelven cada vez más dependientes de las unidades de estado sólido (SSD), pedir las unidades SSDs adecuadas puede tener un impacto significativo en el rendimiento, el costo y la vida útil de sus servidores. Con tantas opciones en el mercado, los compradores deben hacer varias preguntas para asegurarse de que están equipando sus servidores con SSDs diseñados para las necesidades de su empresa. Si bien hay muchos detalles que pueden dictar los enfoques de los compradores para reemplazar los discos duros con SSDs o ampliar el almacenamiento existente, responder a estas preguntas fundamentales puede ayudar a evitar que inviertan en el tipo incorrecto de SSD:
Capacidad - ¿Cuánto por ahora y más tarde?
La mayoría de las búsquedas de SSDs comienzan con la capacidad en mente. Es obvio que más capacidad es algo bueno, pero como con la mayoría de las características, el gasto adicional puede no traducirse en un mejor rendimiento en todas las situaciones. Los compradores deben considerar un piso de capacidad basado en el tipo de datos, la duración del almacenamiento y la cantidad de entrada anticipada para el sistema. En función del presupuesto asignado y de las previsiones de uso en un futuro próximo, los compradores deberían aumentar su capacidad objetivo en aras del futuro.
Hacer esto bien es fundamental: seleccionar un SSD con capacidad excesiva puede ser más costoso con poco beneficio inmediato, pero los SSDs con capacidades insuficientes pueden provocar la degradación del rendimiento, la pérdida de datos y el tiempo de inactividad, causando frustración para los usuarios, la interrupción de las operaciones comerciales y, potencialmente, la filtración de datos, la pérdida de información crítica y el aumento de los costos. Equilibrar la libertad que proporciona la capacidad adicional con el coste del almacenamiento ampliado es un paso clave a la hora de elegir un SSD.